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Solamente tengo un tesoro

Que vale más que mi vida

Una sola cosa a la que adoro con el alma

A la que defendería ante todas las barreras.

Esa cosa es mi amor,

Mi corazón,

Mi alma

Él me ha dado más de lo que soñé tener

Y más de lo que una vez

Pensé merecer.

Yo nunca he tenido suerte en amores

Me han lastimado

He sufrido y llorado

Más sé que ahora no tengo que temer

Pasar por eso otra vez

Pues él no me hará ningún daño

Me ama y yo a el

Y sé que algún día llegaremos al altar.

Por eso él es mi tesoro

Lo que yo más valoro

Nunca voy a dejarlo

Aunque en ello la vida me empeñe.

Por favor

Ten piedad de mi alma,

Ya te he perdido dos veces

Y por milagros, que no puedo explicar

Como imán has vuelto a mí.

No se te ocurra

Volver a abandonarme

Ya que mi alma de dolor

Moriría, se desharía

Y no quedaría señal de que existí

Más que en tus confusos

Y solo tú sabes si buenos recuerdos.

Solo de pensar en eso

Quisiera desaparecer

Y nunca haber nacido

Ya que sin ti

Sin tu luminosa presencia

Lo que tengo nada vale

Y yo sin ti no soy nada

Más que el efímero rocío

De una triste mañana

Así que por amor, por favor

No, no me dejes.

Al verme a tus ojos

Esos ojos que al verlos

Me transportan a otra

Nueva dimensión

Esta vez me di cuenta

De un secreto que

Entre los tuyos y los míos

Temeroso se guardaba.

Y ese secreto es

Que te quiero con el alma

Con esta alma que apenas

Aprende el arte secreto

De amar.

Y aunque tu no lo digas

Ambos sabemos

Que es cierto

Y en juramento secreto

Desde tiempos eternos

Hasta que el mundo acabe

Lo sabremos.

Te quiero

Esas pequeñas gotas de agua

Que a veces se presentan

Como las comadres

Sin avisar.

Esos pequeños mensajeros

De penas y alegrías

De vida y muerte

Me visitan hoy.

Yo no quería que vinieran

Mas ahora me acompañan

Durante tardes sombrías

En las cuales el amor se apaga.

Hay manantiales de donde provienen

Más solo uno de ellos es inagotable,

Y ese es el corazón.

Sola aquí me encuentro

Sin el amor de mi amado

Y aun sin quererlo

No puedo detenerlo

El llanto de mis ojos sale

Pareciendo río caudaloso

Que baña las playas de mi juventud.

La desesperación a mi llega

Y mis fuerzas de vivir faltan

Mas a la muerte no me entrego

Por no hacerlo sentir culpable

A quien ha robado mi corazón,

Mis esperanzas, y mi amor.

Sola estoy aquí

Y nada podrá alegrar

A mi desvalida alma

Que de muerte herida

Ahora se desangra sin medida

En medio de esta enorme soledad.

Largos días de juventud

En los que el sol luce roja cabellera,

Despeinada y revuelta,

Como lucen los acontecimientos

A esta edad que sin lugar a dudas,

Es de oro, plata y bronce.

En estos tiempos y tal vez en otros más

Somos todo y nada, existimos y no,

Pues recordamos a los padres las pasadas

Y evocamos las futuras

Somos presente, pasado y futuro

Todo se nos exige y nada se nos da,

Todo mundo nos culpan sin mirar atrás,

Nosotros no lo empezamos sino los que están atrás.

El mundo se nos ha dado

Tal y como esta

Nos culpan de su estado,

Y aparte nos dicen que lo debemos mejorar

Pero si esto no nos fuera encomendado

¿A quién se lo podrían encargar?

Somos todo y nada

El principio y fin de nuevas eras

Somos lo que viene y lo que vendrá

Padres confíen en nosotros

Si no, ¿en quién podrán?

Heme aquí

Muerta en vida

Y viva mientras muero

¿Quién conoce a ciencia cierta

Los designios del Señor?

Ayer todo lo tenía

Y hoy la desgracia

Se ha sujetado a mis espaldas

Ni siquiera mi corazón

Se ha salvado de la ruina

Ni de este amargo sabor

Que hoy me deja aquel

A quien yo amaba

Y a quien mi corazón

Necio amante clandestino

Todavía ama.

Borrarte yo quisiera

Quitarte de mi alma

Mas las fuerzas me faltan

Y odiarte no puedo

Qué más quisiera yo

Que mirarte frente a frente

Y decir sin ningún temor:

No te amo, no te quiero.

Qué más quisiera yo

Pero mis sentimientos flaquean

Y sigo pidiendo con fervor

A Dios que te regrese a mi lado

Pues eres el único a quien amo yo.

Sentada en la cima del mundo

Un día ví hacía abajo

Y vi muchas imperfecciones

Pensando estaba en cómo resolverlas

Criticando a Dios por hacerlas

Cuando entonces comprendí

Y dije para mí:

“Dios mio, que perfecto es todo

Todo lo que hiciste,

Pero se os olvido un detalle;

Nadie es perfecto”.